Tenía un blog una vez.. Uno al que venía seguido a sacarme cosas de encima.
Hoy no sé si es que no tengo cosas que sacarme de encima o qué. Suelo estar más abstraído, como alejado de lo que me pasa, o mejor dicho de lo que no me pasa. Hoy puede que sea más ordenado, tengo obligaciones y soy "responsable", pero antes vivía más apasionadamente por así decirlo, también era más impredecible, volátil, feliz de otra manera, no se si tenía más creatividad pero era más ocurrente. Tenía más tiempo.
Me amoldé, un error.. También crecí y me acobardé, dije cosas que no quería decir, me equivoqué..
En fin, aprendí, no tanto como hubiese querido hasta acá pero todavía hay tiempo.
Quizás no esté lo bien o cómodo que quisiera estar pero miro para atrás y no puedo mas que sentirme menos miserable, soy un tipo con suerte.
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Son temporadas. Temporada alta, temporada baja, como con la vida ¿no? algunas veces estamos arriba, otras bajamos hasta el límite y en ocasiones nos mantenemos en un constante ir y venir, en línea.
Y en esa meseta que atravesamos, no necesitamos reflexionar tanto acerca de todo, porque estamos bien... viviendo situaciones, pero encarándolas con otra calma.
Es cierto que el hacernos grandes nos serena en varios aspectos, y en otros nos hace cometer menos locuras, nos volvemos más "cuerdos", más políticamente correctos. Pero eso no significa que vivamos con menos intensidad.
Con el tiempo te das cuenta que la intensidad pasa por otro lado, que quizás no se ve tanto ni se extrapola en demasía, pero sí nos atraviesa en cada cosa que hacemos.
A ver esos mates cuándo salen che, maileame que no tengo tu mail y arreglamos. Abrazo!
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