En par

Faltan nueve días para que se cumplan los cinco meses en Madrid.

El tiempo se escurre.

Ya llevo un mes y cuatro días con trabajo. Pero fuera de los números, que pueden interpretarse como mucho o poco según la forma en que se los mire, nos pasaron y nos pasan muchas cosas.

Me pasa casi todas las mañanas que me despierto, afuera se escucha alguna conversación de un vecino o de los trabajadores de la florería de abajo y al escuchar el típico acento español no puedo evitar caer en la cuenta de que estamos en España. Es como un pensamiento fugaz y feliz, un "lo logramos".

El otro día hablábamos de si nos sentíamos ya como locales y coincidimos en que todavía falta tiempo, de adaptarse, de aprender como funciona todo y de dejar de sentir eso de ir a un lugar y estar expectante porque al ser la primera vez no se conoce "el ritual". O también tener que estar pensando si algo se pide de una forma u otra, o cómo se dice tal palabra en castellano de España (que no se imaginan la cantidad de diferencias). Supongo que el tiempo nos irá acomodando, muchos dicen que uno nunca termina de aquerenciarse pero siento que eso es cosa de cada uno.

Salir a caminar por callecitas del barrio nos hace sentir como quien mira algo hermoso por primera vez. El sol ya va empezando a calentar, se van viendo los primeros brotes y con temperaturas más lindas se empiezan a escuchar cantidad de pájaros.  Todo augura una hermosa primavera.

Esperemos, por el bien de todos.